
Se trata de una ruta muy fácil de entre 6 y 11 kilómetros (según la opción que escojamos de las que explico más abajo) que discurre por la orilla del río Arandilla y su cañon hasta llegar a la ermita de Montesinos.
Salimos de Madrid por la A-2 en dirección Zaragoza. Al llegar a la localidad de Alcolea del Pinar (Guadalajara) tomamos la salida que nos lleva hacia Molina de Aragón por la N-211, por la que circularemos 30 kilómetros hasta llegar a Mazarete, donde tomaremos el desvío por la carretera CM-2120 siguiendo las indicaciones hacia Cobeta.
Una vez en Cobeta tenemos dos opciones: dejar el coche en el pueblo y continuar andando o bien tomar las indicaciones hacia Corduente y Zaorejas por la carretera GU-951. Si optamos por hacer uso del coche un poco más, seguiremos unos 2,5 kilómetros por esa misma carretera (está poco transitada y en proceso de reasfaltado) hasta aparcar en coche en alguno de los aparcamientos señalizados. Desde allí comenzaremos a caminar en sentido Zaorejas hasta que crucemos el puente del río Arandilla. Nada más cruzarlo, tomamos la pista forestal que sale a la izquierda por la vereda del río hacia Torremocha del Pinar.
El paseo se puede hacer en cualquier época de año, aunque recomiendo hacerlo en primavera y otoño, ya que en invierno puede ser difícil llegar al pueblo debido a las nevadas y heladas muy intentas que se dan en la zona, y en verano el calor puede ser un inconveniente para nuestros amigos peludos, a pesar de que la mayor parte del camino se hace entre pinares y dispone de mucha sombra.
Durante todo el recorrido podemos disfrutar de las pequeñas cascadas que hace el río y, en época de deshielo y en primavera, de las distintas chorreras (pequeñas pero bellísimas) que crea el agua que mana de la montaña. Además, los impresionantes cortados que el río ha ido tallando a lo largo de miles de años son impresionantes.
Tras casi tres kilómetros de paseo llegaremos a nuestro destino: una pequeña ermita encajada en un cañón que a primera vista impresiona. Allí disponemos de unas cuantas mesas de picnic para poder pasar el día (hay que recordar que no está permitido el baño en el río).
Para los menos atrevidos a caminar hay que decir que se dispone de un aparcamiento más cercano a la ermita, prácticamente al lado, pero el encanto del paseo y el disfrute del rumor del agua del río se lo perderán.